lunes, 7 de julio de 2014

No quisiera, quiero.

Quisiera que entiendas que me gustas sin importar tus errores inducidos, tus defectos aceptados, tus indiferentes actitudes. 
Quiero que entiendas que me gustas por lo inteligente que eres, porque nos gustan las mismas estupideces, porque nos reímos de los chistes que solo ambos entendemos. 
Quisiera tenerte a mi lado, abrazarte como si solo fueras para mi, como si fueras mía.
No quisiera, quiero... TE QUIERO!!

lunes, 14 de abril de 2014

Bajo la lluvia... sin ti.

Hoy caminé bajo la lluvia y lo hice sin ti.
Fue extraño, nos imaginé felices, pero no sabía cómo hacer.

Caminé sobre los charcos, mojé mis Converse con enojo. 
No supe sin embargo cómo reaccionarías tú. ¿Me seguirías? ¿O te reirías? ¿Pisarías mis zapatos para aumentar mi enojo hasta hacerme reír? ¿Qué harías?

Me imaginé de tu mano, pero no supe si empezarías a correr.
Me imaginé sonriéndote pero no supe si lo harías también.

No te conozco, ¡Joder! Pero como me gustas.
No imagino tu reacción y por eso me atraes.

Que nos gusta la lluvia dijimos un día pero ¿Qué significa gustar?
Tú me gustas y no me tocas. Tú me gustas y no se si aparecerás.

Ya no quiero escribirte, quiero tocarte. No quiero imaginarte sino recordarte.
El cariño está hecho de recuerdos, pero ¿Y la admiración que me atrae? ¿De qué está hecha una ilusión?

La lluvia aún cae a mi alrededor y con una mueca pienso en ti. 
La lluvia será lo que yo quiera y me hará sentir como desee. 
Sonreí al recordarte y me pongo serio al despertar.
Cae lluvia simplemente y ya no puedo dejar de pensar.

No lo veía venir, pero vino.

Ella se pregunta si me gusta, duda más de lo que debería y solo le puedo acotar que sí, me gusta.
Todo me gusta. Su boca, su cuerpo, sus curvas, sus gemidos, su risa, su mirada pervertida. Todo.

Es que ella no sabe que cuando me toca con picardía se estremece mi piel, quizás no sospecha mi reacción cuando me abraza o cuando me besa en el cuello. No lo sabe, o lo ignora, pero lo siente. 

Ella ríe y se sonroja. Me gusta tanto tenerla cerca. Me gusta estar así, piel con piel sin importar nada más.
Me ahogo en jadeos y no la quiero soltar. Quiero estar más cerca, sentirme dentro de su piel y que su boca deje huellas en la mía.

No lo sabe, quizás, pero en ella pierdo la cordura y mi sensibilidad se vuelve bipolar. Me adapto a ella, a sus gustos, a sus movimientos y no sabe, quizás, el placer que me provoca.
Un rato más no es suficiente, una explicación tampoco, quizás. 

¡Qué arrogante el tiempo y caprichoso el destino! Pero mira tú, nos juntaron al momento justo y adornaron con nuestras canciones el momento. 
Gracias, ese día lo improvisado fue perfecto.

martes, 21 de enero de 2014

Amándonos sin amor.

Yo no tengo mayor conciencia, o quizás algo más que tú; pero mira, me encantas.
Eres esa ironía entre lo que me hace feliz y no puedo tener. Entre lo imperfecto y lo que tanto me atrae.

Tu cabello no es el más sedoso, pero me gusta acariciarlo. Tu manera, niña, de enamorarme siendo tan distraída. Tu manera, tan fantástica, de sorprenderme con lo que sabes; ya lo ves, te admiro.

Yo no soy el mejor prospecto de novio que puedas anhelar; pero mujer, soy tu mejor pretendiente.
Lo se, el amor no va contigo. ¡Que va! Conmigo tampoco. El amor es así, un juego para perder.

Te espero, te observo. Mi corazón late diferente cuando te acercas, mis ojos captan tus sutil sonrisa aun de lejos, mi respiración cambia al tenerte cerca; pero tan tonto yo, tú no sientes igual.

Ya lo hice todo. Te lo dije, me rendí. Y mira tú, empezaste a quererme más.
No quiero nada, lo quiero todo. Me alejo, me alejas, me buscas, ya no se que quieres ¿Me quieres?.

Me haces feliz, es verdad. Tu compañía, cuando es compañía, me quita el conocimiento y esa euforia acaba con lo demás. Quizás por eso te dije que no tengo conciencia; ¿Quién lo diría? me la quitas tú.

miércoles, 15 de enero de 2014

Oye...

Amiga, tengo tanto que contarte, tanto que he ocultado a la gente, tanto que me he negado a mi mismo.
Amiga, me haces falta tú porque nadie me comprende como tú, con nadie soy tan libre, con nadie soy tan feliz.
Perdona mi egoísmo al nombrar mis necesidades, perdona mi impaciencia, perdóname por escribirte sabiendo que no lo debo hacer. ¿Pero qué hago?

Solo lee esto, te quiero... ¡Te amo, maldición! Se supone que uno nunca olvida lo que ama, por eso te escribí, porque quiero saber como estás. De hecho quiero que estés bien y si mi ausencia en tu vida es motivo de tranquilidad al menos eso quiero saber.

Ya no soy tan trágico, ya no hago mis tristezas públicas... aprendí a tragármelas. 
Y aquí sigo yo, el de las promesas de permanencia y confianza perpetua. Sigo siendo yo, un poco más frío, pero sigo queriendo bien. Un poco menos educado, pero hago el intento por volver.

Te extraño amiga mía y te quiero de vuelta. Como un niño haciendo rabietas,  como quien tomó un fruto del árbol y quiere que vuelva a crecer, así te añoro yo y me duele tu ausencia. Me duele saber que te hice daño cuando tú solo me hacías feliz.

¿A quién contarle mi pesar si en quien confiaba eras tú?
Perdóname. Te amo. Sé Feliz.