viernes, 13 de enero de 2012

Retazos de mi vida

En el tiempo actual que vivo diría que todo se había perdido, pues la esencia de esta carta es maligna, de un corazón destrozado por la lujuria y la impaciencia.
Mi vida es un relajo, un desorden; necesito descansar pero ni en mis sueños estoy tranquilo. A veces quisiera no tener ojos para no ver lo que pasa. Tampoco tener oídos para no escuchar las peleas de mi casa…”ojos que no ven, corazón que no siente”; pobre mi corazón que ve mas de lo que debería.
Siento un gran vacio en mí, mi fe no significa nada, mi cariño es algo utópico; es como si no sintiera placer ni dolor, para mi reír o llorar es la misma hipocresía. Para mi todo es una ilusión; y esa ilusión, es la fantasía de la felicidad.
Creo que mi corazón ya dejo de latir, pues ya no siento nada. Creo que ya se silenció mi voz, porque veo que nadie me escucha. Creo que ya me dejaron solo, o al menos, eso es lo que siento.
Los “sueños” que pueda llegar a tener se limitan a cumplir metas cercanas y nada más; pues la frustración de mis anhelos no son mas que la realidad de mi existir. Cada vez que “sueño” con algo, que en mi mente es perfecto, se destruye cuando choca con la realidad que deshace todos los pasos que creé en mi cabeza para alcanzar lo soñado. Así es como mis anhelos se vuelven recuerdos; y a la final ¿Qué son los recuerdos? Sólo desechos que lanzamos al olvido. Tantas penas, ciertas alegrías ¡Malditas reminiscencias que me hacen esclavo de mi propia historia! A veces, tratando de cambiarla; y otras, condenado a repetirla.
Ayer recuperé mi Fe y me reconcilié con Dios; me enteré de la muerte de Derlis y le pedí por su alma y la de su familia. Yo creí, que seria un Domingo más, sin opción a arrepentirme; pero Dios no quería que esté lejos y perdido en la Semana Mayor. Hicimos las paces. Le pedí perdón y le di las gracias por el “milagrito” del día anterior. La primera lectura fue dedicada para mí, pues me hizo abrir mi mente y mi corazón.
Aún tenia que cumplir con mi palabra (…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden) debía hablar con la traidora y hacer las paces con mi enemigo…por 3ra vez.
Caminando hacia el Banquete escuche a mis espaldas esa voz que evité por mucho tiempo y que aún así, me hizo llegar muchas verdades.
La escuché cantando alabanzas, como si me estuviese alentando al oído. Mi asimilación de lo sucedido no permitió que pronunciara verso alguno, tan solo me acerqué a recibir la Gloria y renacer en ése momento.
Así comenzó de nuevo mi vida, mi lucha. Un Nuevo Renacimiento con promesas de cambios y esperanzas de perdón. Con el alma alborotada y un llamado a la calma: “No combatas fuego contra fuego, que el fuego impuro, por si solo se extinguirá”.
A veces sueño cosas que ya existen, pero que simplemente no he ido en busca de ellas. Hoy solo espero tener dulces sueños y un alegre despertar; y, paciencia mi Amor, que este año, la revancha la tendremos los dos…
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