Aún sabiendo que no te conmueve nada.
Aún sabiendo que lo lees todo
y no te enamora nada de mi.
¡Escúchame! Otra vez hablando idioteces.
Otra vez mirando con ternura.
Otra vez sonriendo por ti.
Otra decepción como tantas veces.
¡Piensa mujer! ¿Acaso con otros te sientes igual?
Si es así me aparto,
si eres generalmente feliz ¡Me voy!
Pero no digas que no sueles gozar.
¡Te odio! Te odio por no quererme.
Por no quererme como yo quisiera.
Por enamorarme con tus defectos.
Por ignorarme hasta enloquecerme.
¡Me gustas! Me encantas verte sonreír.
Me encantan tus sarcasmos,
aquellos insultos personalizados.
Me encanta tu manera de vivir.
¡Pero ya no! Ya no quiero seguir en esto,
ya agoté mi última acción.
¿Para que volver a insistir?
Para ti es tan molesto.
¡Niégalo mujer! Niega mi cariño.
Es mejor que tu despiadada franqueza.
Es mejor esconderse.
¿Será acaso buen refugio el vino?
¡Vete a beber tú! Tú que sonríes con cada vuelta.
Tú que me alegras y luego me alejas.
Tú, tan expresiva.
Cambia tu máscara. Esa sonrisa no es honesta.