Ahí estaba yo, una vez más esperando por ti. Una vez más pidiendo paciencia a mi reloj, una vez más sin querer desistir.
Tu llegada me alegra pero tu reacción no es igual. ¿De qué me sirve tanto cariño si no te lo puedo demostrar?
Al no verte me desespero, cada sombra que pasa espero que seas tú.
Al no verte se encienden mis celos, celos ciegos, celos inquietos. Celos delirantes que te imaginan lejos, libre, feliz... sin mi.
¿Podría acaso haber imaginado esto? ¿Pude haber advertido lo que llegaría a ser para ti? Si tantas veces soñamos, si tanto discutimos, si tanto yo esperaba. ¿Cómo llegamos a ser así?.
Tú eras mi promesa de Amor, la más grata sorpresa que me dió el destino.
Fuiste testigo de todo mi dolor, dolor contigo, dolor por mi, dolor en tu ausencia, de tu indiferencia. Dolor de que en tus recuerdos estés con alguien más, que te bese, que te estremezca. Dolor porque planeas paralelo tu futuro... mientras yo esperaba por ti.
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